septiembre 29, 2009

Efimeridad

Este texto lo escribí hace tres años creo, incluso pueden ser más. Tenía 17 o 16 años. Lo tenía guardado por allí y pensé en volver a subirlo pensando en mis hermanos que están acercandóse a la edad en la que lo escribí. Es decir, su reaparición está dirigida a ellos: Manu, Ana y Emma. Así pensaba a los dieciséis, algunas cosas no han cambiado.

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Te vi y la idea me pegó de frente. Me di cuenta de que somos sueños perdidos en el infinito, una estrella fugaz.
Esa pupila negra con azul perdida en el vacío eterno, cansada de mirar atardeceres, me hizo levantar la vista y darme cuenta que la vida se me va a cada respiro, en cada parpadeo. Se va y punto: con el tiempo no hay negociaciones ni regateos.
Perdido en tu piel cansada de sonrerir, de surcos- a estas alturas ancestrales- me vi a mi mismo sentado a la sombra del nogal tratando de abrochar mis agujetas. En el triciclo azul. Jugando a los Dinosaurios, y a "la trais" y en mi primer dia de clases.
Y de pronto así de golpe, me ví parado aquí, con la vida por delante y las esperanzas en la mano. Es una sensacion nueva, una bestia de dos caras que asusta y atrae al mismo tiempo. Tan inexpugnable que parece una bella poesía, una ironía perfecta, el agridulce maestro.
Siento tantas cosas que estoy cansado de sentir, y el concepto de la vida fácil se derrumba como el hada de los dientes, el ratón, y santa claus.
Vivo en un instante, soy un destello, una mezcla de misterio y claridad. Soy tan poco comparado con el tiempo y el espacio que no me queda más refugio que vivir, cada instante, cada minuto, cada momento que no vuelve como el último. Tengo; quiero; debo vivir como hombre.
Sí,cresco, pero contra mi voluntad nunca más, es un reto que acepto. Mi compromiso: O se toma al toro por los cuernos o se esta entre las patas.

septiembre 06, 2009

Lineas rectas y pulsaciones.

Para Duby.


Para los geómetras un linea no es más que un conjunto de puntos; pero este verano yo he comprobado,una vez más, que la vida es muy diferente a las matemáticas.

Nuestra vida, como bien notó un grafitero regiomontano se desenvuelve en instantes: somos instantes. Así nos transcurre la vida. El instante en que me lavé lo dientes en la mañana, el instante en que desayuné un miserable pan con mantequilla (como se extrañan los desayunos mexicanos), clases, unas birras por la noche y de pronto;otra vez el instante en que me voy a la cama. Entonces, acostado divagas y parece que la vida es también un instante comparado con los instantes que forman la recta del universo. Y uno se asombra de lo viejo que es el tiempo y después le viene está idea. La vida viene en pulsaciones: la continuidad no es más que un idealismo. Y si se estudia filosofía, o se está lo suficientemente loco como para seguir divagando por estos vericuetos, se aprecia de inmediato la falacia. Es necesaria la recta. Es tan real, o más que los supuestos instantes. Vivir en línea recta unifica y ordena todos los instantes que llegan sin razón aparente y dá sentido al aparente caos de la vida. Además vivir en linéa recta es una elección. Lo demás es dejarse llevar por la corriente de momentos.