marzo 04, 2009

Práctica 2: Describe el lugar donde mas tiempo pasas (500 palabras)

Otoño

Atraviesas con paso acelerado el piso de mármol de todos los días. Piensas, en la medida que caminas, que en el fondo ese lugar, tu lugar, no esta tan mal. Recuerdas que a los arquitectos les parece insultante el conjunto de candelabros que tu casi nunca notas en tu camino cotidiano. Quizá es por los vestigios de tu mentalidad romántica que el día de hoy, los encuentras perfectamente adecuados en el conjunto de la habitación, inclusive te apena que funcionen con focos y no con velas. Notas como el brillo del suelo da a todo el edificio un aspecto de limpieza inigualable por cualquier otro edificio de la universidad y como la suela de goma de tus zapatillas produce, una vez más, ese ruido que te parece tan gracioso. El recuerdo de los gansos en el lago del club de golf cercano a tu casa vuelve súbito a tu cabeza. Te fascina como el patio interior, en función de tragaluz, ilumina abundantemente a todo el edificio y sonríes imaginando que tu camino a la salida se asemeja a un paseo por el parque. A lo lejos se alcanza a percibir un olor a café y huevo frito. El barullo lejano de la cafetería es opacado por la animada conversación de los que caminan a tu derecha, y el sonido de los gansos en tu imaginación. El bedel te sonríe amablemente mientras deslizas tu carnet por el cuadrado negro que parpadea intermitente, escuchas con claridad el pitido cotidiano y las puertas de cristal se abren automáticamente. Avanzas con seguridad mecánica a la salida mientras buscas en tu bolsillo el mechero. Acercas el fuego a tu cara, y aspiras. El aire fresco del exterior te abraza por completo, y entonces, sólo entonces, dejas de mirar y observas. El otoño en Pamplona aparece insuperable para tu escasa experiencia.

De vuelta en casa lo mejor del año era el verano, con su cielo azul y el sol enérgico, brillando con su luz casi blanca. El sol te parecía legañoso cuando llegaste aquí en verano, salía muy tarde y emanaba un amarillo más perezoso, falto de personalidad, como si se levantara tarde y no le diera tiempo de avituallarse. Lo comparabas con tu sol semi-ecuatorial, y le decías a tus compañeros europeos que este sol, más que calentar, lo intentaba.

El cambio de estación te ha reconciliado con el sol. Te parece la tonalidad ideal para el otoño cuando baña a las ramas amarillas del jingo bilova, y a las hojas que este ha regado alrededor del césped aún verde. Le comentas a la rubia de tu derecha como los modestos arbustos, al centro del pequeño jardín, conectan con los enormes pinos a la izquierda y con el bilova a la derecha, formando un triangulo natural ¡Como si a la naturaleza le gustarán las matemáticas! Añades ante su indiferencia como parece que los brazos del edificio envuelven a la pequeña plaza, como si protegieran la colaboración entre la creatividad del hombre y la naturaleza. Te mira como te suele mirar el resto de la gente cuando tus cavilaciones exigen ser transmitidas y se gira para terminar su cigarrillo de espaldas a tí y al espectáculo que contemplas.

1 comentario:

a.o. dijo...

De nuevo: me encantaron tus recursos a la memoria y a la comparación. Tipo Proust.