octubre 13, 2008

El crepúsculo del mito.

Hace 600 años un viejo extravagante –seguramente barbón- recorría la llanura jónica (una región de Asia menor, que entonces era considerada parte de Grecia) mirando al cielo estrellado. Claramente se leía en su cara un alto grado de actividad mental, estaba tan ensimismado en sus reflexiones que no noto el pozo que tenía atravesado en su camino, y callo en el. Una esclava, procedente de Tracia, no pudo contenerse y se burlo del viejo sabio, que por andar mirando las estrellas, lo inalcanzable, se había olvidado de lo más elemental y había caído en un pozo.

La primera clase de filosofía antigua comenzó, con un relato que desprestigia a los filósofos. Afortunadamente el profesor de filosofía antigua- Rafael Alvira- es todo menos tonto, y previendo que de iniciar a unos jóvenes que pretenden estudiar filosofía con un relato descorazonante, se apresuro a efectuar una apología de Tales (el viejo barbón) y de la filosofía en general, desde una perspectiva muy original. El hecho de que tales intentara encontrar la verdad (comprender el todo), por medio de una vía racional marca la historia de la humanidad. Es el inicio de filos (amor) y sophia (sabiduría), el hombre intenta dar una explicación racional a los fenómenos que nos rodean, no solo ya con fines prácticos - tal vez el dominio de la agricultura, o el hecho de que los cavernícolas aprendieran a encender fogatas, podría interpretarse como sabiduría-.

Lo interesante de Tales es que una vez alcanzadas unas condiciones de vida dadas, Tales se desprende de la prisión del conocimiento práctico e intenta proporcionar a la humanidad un conocimiento universal de la realidad, más allá de lo práctico. Tales parte de una teoría del conocimiento muy actual, nosotros aprendemos relacionando las partes de un todo; al relacionar, una figura redonda, roja, de sabor dulce, que tiene un olor determinado, conocemos que ese conjunto de partes es un todo(una manzana). Ahora bien, si la toda la realidad esta compuesta por partes “El todo es la suma de las partes” existe un todo que se forma de estas partes. Si nosotros logramos relacionar todas las partes entenderemos el todo. Esto es el primer intento del hombre por abarcar toda la realidad, por desligarse del mito – que no es enteramente malo- y explicar la realidad de manera universal, es el nacimiento del amor a la sabiduría, de la filos-sophia. Añadiría después, que nada sale de la nada, y que nada se convierte en nada algo así como la ley de la conservación de la materia, por lo que tendía que existir un principio único, una especie de matera del la cual proviene toda la demás, y a la cual regresa una vez muerta. El Arjé-principio único y eterno- que según Tales es el agua. Ahora bien, las explicaciones de porque el agua, pasan a estar de mas, especialmente por estar precedidas de un planteamiento tan genial, el simple hecho de ser explicaciones sobre un todo, merecen el reconocimiento de la humanidad.

Antes de terminar la clase, el profesor Alvira nos resume una interpretación nueva de la anécdota con la que empezó su clase, Tales que representa al hombre en busca de una verdad universal, cae en un pozo por estar distraído, cae en el pozo porque esta mas enamorado de la sabiduría que del mundo, porque los intereses prácticos los dejo un lado hace tiempo y ahora camina por horizontes mas altos, la esclava (sin educación) Tracia (Tracia era una región que en ese entonces se caracterizaba por sus habitantes ávidos de riquezas) que representa a lo mundano, a lo cómodo, no duda en liberar su risotada al atestiguar la caída del filosofo. 5 minutos antes de terminar la clase, Alvira cuenta a los desalentados filósofos una segunda anécdota de Tales, explica como con su conocimiento acertado de los eclipses, Tales predice la cosecha y toma esa ventaja competitiva para aventajar a los demás y se hace de mucho dinero, pero es claro que todo eso es puramente accesorio.

agosto 25, 2008

¿Por qué Filosofía?

Dicen que la preparatoria es la mejor etapa de la vida, yo como todo mozalbete en la mitad del bachillerato, la gozaba con deleite. Cursaba el segundo de tres años, en una institución privada, cuando el primer viernes, luego de unas estupendas vacaciones, y una pesada primer semana de clases la psicóloga del colegio entro al salón e insospechadamente se sentó en el escritorio que le correspondía al profesor. Yo llevaba toda mi vida en la misma escuela y a la psicóloga la conocía muy bien de vista, sin embargo nunca le había dirigido la palabra, con frecuencia irrumpía en la clase –cosa que mentalmente le agradecíamos la mayoría cuando lo hacía- y daba algún aviso para luego retirarse sin más. No fui el único sorprendido al ver que esta vez la psicóloga no dio ningún aviso, incomprensiblemente, reprendió a los dos escuadrones que entablaban una guerra sin cuartel utilizando papel babeado como parque. Al parecer la titular de la misteriosa clase abreviada simplemente como “O V” (que en el horario general, tenía a todo mundo intrigado tanto por su contenido como por el maestro que la impartiría) era la psicóloga del colegio y la clase se titulaba Orientación Vocacional.
Mis atolondrados ojos de adolescente no alcanzaron a medir la importancia de la última clase del viernes, tal vez todo fue mal para mí desde el primer día en el cual me vi poseído por un éxtasis de espontaneidad y comicidad que regresaba continuamente durante el resto de las clases, el caso es que nunca le preste atención a la susodicha clase. Pasaron los días y el salón se dividió en dos facciones, los que se tomaban en serio la clase y los que no. Por azares del destino, me vi envuelto en el lado que no se la tomaba en serio y dedicaba los últimos 45 minutos del viernes a jugar fútbol, fumar, adelantar la tarea o platicar dentro del salón de cualquier tema menos el de la clase, todo –por supuesto- hecho por convicción política mas que por flojera o negligencia.
La facción a la que partencia se vio reducida de pronto cuando empezó el ultimo semestre de segundo de bachillerato, el partido al cual profesaba fidelidad si vio reducido, a un compañero que estaba definido desde primero de preparatoria y a mí, que todavía no tenía la más remota idea de que quería estudiar. Me di cuenta de la posición en la que me encontraba cuando en una de las últimas clases la maestra me eligió como el tema de su exposición. Empezó por sugerir sutilmente mi falta de interés por su clase apoyándose en argumentos perfectamente validos como mi continuo incumplimiento en sus tareas y mi descarada falta de atención durante sus disertaciones. Supe de inmediato que mi argumento de convicción política saldría sobrando porque a esas alturas el último miembro de mi partido había dejado de asistir a las clases de la psicóloga desde hace un mes. La retórica de mi contrincante me abrumo y baje la cabeza, estaba dispuesto a oír hasta el final sus justificados reclamos. La clase transcurrió en un intento por hacerme progresar en mi proceso de decisión (que seguía importándome un cacahuate) y llegamos a la conclusión que lo que a mi me gustaba eran las humanidades en primer lugar y en segundo la biología. El gusanillo del payasillo no había muerto en mí interior y a pesar de estar agradecido con la maestra por su inmerecido apoyo, casi sin querer dije lo siguiente:

- ¡Ah! ¿Humanidades? Pero que voy a estudiar, nada mas hay derecho o psicología y ninguna de las dos me convence.

Mi paciente interlocutora apelo a toda su madurez y dominio de sí, me hizo ver, en un tomo mucho más amable del que me merecía, que existen más carreras humanísticas aparte de derecho y psicología. Sin embargo las risas de mis compañeros me habían cegado y el gusano había ganado completo control sobre mí.

-Ah pero que otra cosa ¿Filosofía? ¿Donde trabajaría? ¿En un Mc Donald’s?

Las carcajadas llegaron a niveles que pocas veces habían llegado en mi vida y después de haber obtenido lo que quería, la embriaguez se paso un poco y me di cuenta de lo mal que estaba obrando. Es mi deber agregar que me quería desaparecer cuando el compañero que estaba al lado mío se acerco y me dijo en secreto.

-Su esposo es filósofo y es gerente de Burger King.

Esta de más agregar que la conversación no progreso más, que la maestra tardo lo que restaba de la clase en aplacar al salón que había desatado, y que lo que me había dicho el de al lado era una vil mentira. Esa fue la última clase que tuve de orientación vocacional porque la siguiente semana salí en un viaje de estudios y no supe más de la materia hasta que presente el extraordinario el semestre siguiente. Hace unos días estábamos mis primos y yo reunidos en casa de mi abuelita. Todos hablaban de sus futuros más o menos definidos. Mi primo el arquitecto decía que cuando se graduara el iba a hacer nuestras casa, luego mi primo el doctor se puso a nuestra disposición en caso de que alguien sufriera un problema de salud. Otro se ofreció a arreglar nuestros problemas legales y mi hermano finalizo asegurando que todos tendrían un carro de los que el iba a diseñar. Supe desde el principio lo que se fraguaba en mi contra, cuando el arquitecto volteo a verme con una sonrisa maliciosa y me pregunto ¿Y tú Chelas? No pude evitar acordarme de la escena que acabo de relatar hace unos renglones, una ligera sonrisa como de excusa se dibujo en mi cara, a final de cuentas termine estudiando filosofía. Una de las cosas que me consuelan es que nadie queda indiferente ante mi decisión. Mientras unos me apoyan mi decisión unos se muestran incrédulos o escépticos en cuanto a mi porvenir, y no falta el que asegura que estoy cometiendo una locura. Pero a pesar de lo dividido de opiniones todos tienen algo en común. Todos me preguntan las razones que me sustrajeron de medicina y me pusieron en territorios del amor a la sabiduría. Siempre encontré difícil expresarlo en una charla campechana porque nunca supe acomodar bien mis ideas y a muchos les debo una explicación postergada durante meses, el motivo pues de este ensayo tan subjetivo es exponer mis razones tanto para los curiosos, como para los escépticos, y aprovechar de paso, para aportarle algo a cualquiera que se encuentre decidiendo en estos momentos su destino.
Vivimos en una era llena de ironías, las verdades que se proponían inconmovibles desde los primeros griegos son cuestionadas con rigor hoy en día, y, sin embargo hay una especie de consenso general y tácito con respecto a la felicidad (tema ampliamente debatido a lo largo de la historia), esta parece consistir –hablando a grosso modo- en tener mucho dinero, la menor cantidad de compromisos posibles para gozar de una libertad indeterminada, y gozar de la mayor cantidad posible de placeres. No es mi intención teorizar sobre un tema tan alejado para mí, ni siquiera me propongo abordar dos de los tres puntos, el único que quisiera resaltar en mi exposición es el primero, la cuestión del dinero. Quiero empezar por aclarar que el dinero no es todo en la vida, y que definitivamente el dinero no es la felicidad, porque tal vez es el argumento que más se me repite “a favor” de mi futuro. No quiero que se me tome como el viejo del tonel, que desdeñaba las riquezas y se conformaba con un tonel para ser feliz. Como cualquier persona normal, no me quejaría si me gano la lotería, o me pondría a hacer berrinches si me encontrase un sendo billete de $500 en la banqueta. Sin embargo afirmo con seguridad que el dinero no es prioridad en mi vida, considero el dinero un medio dispensable para alcanzar la felicidad, mas no como la felicidad en sí misma. Me explico mejor, el dinero solo sirve para comprar cosas, ¿De que servirían treinta millones de dólares en una isla desierta? Ahora bien, muchos conocemos el valor efímero del dinero como una unidad de cambio, creo que la cuestión en debate es las cosas por las que podemos cambiarlo. Con doscientos pesos se pueden comprar, doscientos chicles, una botella aceptable de vino tinto, una buena cena (la buena compañía depende de muchos factores) o una buena parte de los diálogos de Platón en una editorial barata. Creo que el problema del dinero radica en gran parte en el objeto por el que lo cambiamos, a final de cuentas siempre buscamos cambiar el dinero por felicidad, unos la buscan en los chicles, otros en el vino, algunos en la cena y otros en los diálogos. No pretendo demostrar (todavía no tengo tantos argumentos) que el de los chicles esta equivocado, sin embargo hablando personalmente he encontrado la felicidad pocas veces en el vino (y puedo asegurar que le he dado muchas oportunidades), algunas en la cena, y muchas en los libros.
Llamo “libros” al ejercicio de la razón, a las desveladas -completamente sobrias- afuera de casa de Tato cuestionando cosas que de día no tuvimos tiempo de cuestionar, a los debates de la escuela, a la emoción que se siente al leer el capitulo donde muere el abad Faría en el conde de Montecristo, o al sentimiento de miseria que abraza después de contemplar la escena de la muerte Marmeladof narrada por Dostoievski. Viéndolo de esta manera no me importaría tener dinero, para comer bien, para tener una casa aceptable, una buena educación para mis hijos, y para comprar más libros, por lo demás, creo que podría arreglármelas bastante bien sin chicles.
Resuelto ya mi porvenir, libre de la presión de fortuna que ejerce la sociedad en la que me muevo quisiera exponerle a los que ven el dinero como medio y no como fin los motivos por los que elegí filosofía y no derecho o psicología (o medicina). Hay cierto aire de misterio que rodea a la filosofía. ¿Exactamente de que se trata? He leído un libro entero de historia de la filosofía, varios diálogos de Platón, un poco de Aristóteles y Descartes, y uno que otro ensayo y todavía no logro una definición que me satisfaga. Lo único que tengo por seguro es que mientras más leo más me gusta. Alcanzo a esbozar unas pocas conclusiones de vital importancia en mi decisión y las que me propongo compartir. ¿Por qué Filosofía? Hace algunos años en Mileto, un tal Tales se pregunto por la existencia del comos, cuestiono los sus paradigmas y busco una explicación razonable para la creación del universo, dio el brinco del mito al logos. Luego, llegaron Anaxímenes y Anaximandro a participar en el debate, el debate se empezó a poner bueno, llegaron los sofistas y cambiaron el tema, centraron el debate en torno al hombre y ofrecieron un espectacular combate contra Sócrates. Siglos pasaron y muchos de los temas siguen siendo debatidos. Podría decirse que este debate milenario es el principal y del cual provienen todos los demás debates en el mundo. Es la contienda sobre la cual se mueven nuestras seguridades, donde se sustentan todos los argumentos, es el eterno pleito que determina nuestra manera de interpretar el mundo o nuestra manera de hacer ciencia. Estrictamente hablando la filosofía significa amor a la sabiduría, y es que efectivamente la filosofía es el estudio de todas las realidades, es la búsqueda incesante de la verdad, algo tan sublime que por lo menos para mí es lo suficientemente atractivo para perder el miedo a fracasar en el intento. No se me malinterprete, no tengo pretensiones de participar en el gran debate de la historia, (por lo menos todavía no lo decido) por lo pronto me conformo con estudiar lo suficiente para entender que se discute, y a quien es al que debo conceder la razón. Todavía me quedan muchas preguntas sin responder respecto a mi porvenir, y a mi futuro, sin embargo puedo asegurar, sin lugar a dudas, que el lugar en el que quisiera estar mañana que me levante para ir a estudiar es en una aula de Filosofía.

agosto 14, 2008

Breve explicación de la muerte del contador el jueves por la mañana.

Hay gordos que siempre han sido gordos, que son gordos en esencia. Hoy en día algunos más positivistas dicen que son gordos por genética. Parfenio Muñoz Nieto era uno de esos. Desde chico aficionaba apapachar a su paladar con toda clase de manjares, un sudor frio empampaba su frente cuando veía a la encargada de la cafetería preparar los molletes, y salivaba como si le estuvieran saliendo los dientes cuando un espectacular con comida (no importa la que fuese) le salía al paso en la calle. Resultaba muy interesante intentar explicar como le hacía Parfis (así le decíamos en la escuela) para producir sonidos porcinescos aún cuando solo estaba comiendo gelatina. En cuanto a sus pasatiempos eran también de gordito, le resultaba penosísimo subir cualquier loma por pequeña que fuese, y el deporte le gustaba solo cuando había una pantalla de cristal entre el y los jugadores, no obstante era bastante hábil para cualquier pasatiempo que no le exigiese esfuerzo físico, apasionado de los videojuegos, el ajedrez, el trompo y el yoyo en su infancia no encontraba rival que pudiese derrotarlo en estas disciplinas (no esta de más mencionar que su personaje de calabozos y dragones, gozaba de un gran prestigio entre los jugadores locales). Debido a que todo su potencial se concentraba en habilidades sedentarias, al terminar la prepa, Parfis decidió optar por un trabajo esencialmente inmóvil y estudio contaduría pública en la universidad local, desahogando todas sus energías en su triunfo profesional.

Ya mayor Parfenio tenía un trabajo como contador en una excelente empresa que se encargaba de producir estampillas postales de la más diversa índole. Contador riguroso, Parfenio desempeñaba un trabajo brillante yendo siempre mas allá de sus responsabilidades, reduciendo los costos de producción, ayudando a la empresa a pagar menos impuestos y vigilando celosamente las compras de la misma. Lo único que la compañía hacía por Parfenio -además de otorgarle su salario religiosamente cada quincena -era proveerle una silla y un escritorio reforzados (el primer mes rompió tres sillas y un escritorio) y otorgarle vales para hacer compras en esos supermercados de mayoreo a pesar de que Parfenio era soltero. Su carácter de gordito bonachón le había ganado la indiferente simpatía de todos los empleados de la empresa y no había quién no interrumpiera sus actividades laborales para degustar un dulce en el departamento de contaduría con Parfenio.

El día de su cumpleaños número 25 mientras soplaba en la soledad las veinticinco velitas de su pastel de tres pisos, Parfenio se dio cuenta que el ser humano es tan extraño que bien puede llegar a acostumbrarse a todo, y a pesar de que sabía que podía aspirar a más profesionalmente, y que en su temprana juventud había soñado con tener una bella esposa y tres hijos, se conformo con el mediano salario que le otorgaba la compañía de las estampillas y desecho por completo sus fantasías familiares. Lo curioso del asunto es que Parfenio no sintió como si el alma le dejará el cuerpo, ni siquiera se conmovió en lo más mínimo, esto fue debido a que este cambio llevaba gestándose desde su mayoría de edad cuando le regalaron ciertos libros de ideas vanguardistas y la ilusión de su juventud se topo de frente con la realidad implacable. Decidió pues, establecerse de una vez por todas y se conformo consigo mismo, compro una serie de revistas de decoración y se presento muy firme y decidido en el despacho del canario, un amigo de la infancia que había estudiado diseño interior, para proponerle una cantidad bastante razonable a cambio de decorar su casita en las afueras de la ciudad al estilo contemporáneo minimalista. Los ahorros de su vida laboral los gasto en lo que sería de ahora en adelante un excelente santuario occidental, lo acondiciono de todas las comodidades que un gordito pudiera exigir con 6 años de esforzados ahorros , de tal manera que su transito por la vida le resultara de lo más cómodo posible. Compró una banda eléctrica similar a la de los aeropuertos, que recorría todas las arterias principales de su residencia, y para rematar, mando construir un elevador en miniatura que lo llevara del primer piso al segundo de su casita. Ya con un lugar donde asentarse poco a poco fue ideando una serie de servicios que facilitarían su vida de una manera versallesca. Contrato a un Chef profesional que le proporcionaba desayuno y comida para llevar a la oficina y todos los días lo recibía con una cena excelentísima, ya pasados algunos quilos extra, Parfenio tuvo que contratar a una persona que le ayudase a ponerse la camisa y a calzarse los zapatos debido a que su abundante barriga le impedía agacharse. Esta de más decir que todo esto nunca mermo la economía de Parfenio, que siendo buen contador, siempre calculo hasta donde podían llegar sus caprichos sin que esto le afectara a su sedentariedad.

Habían pasado 10 años cuando Parfenio se vio forzado una vez más a reflexionar sobre su modo de vida, el hecho de que el director de recursos humanos hubiese sufrido un infarto debido a su sobrepeso y el constante bombardeo de los medios de comunicación, que por esas fechas se habían consagrado a combatir la obesidad que aqueja a muchos mexicanos, hizo que Parfenio recapacitara sobre su manera de comer y que por primera vez se hiciera patente el hecho de la muerte en su vida. De un tajo y con una resolución impresionante Parfenio decidió quitarse los 125 kilos de sobre peso que le exhalo una bascula antes de reventar. El miedo a morir le causaba un miedo tan profundo que visitó a una prestigiosa nutrióloga y se puso a dieta instantáneamente. ¡Ay! si Parfenio se hubiera dado cuenta antes de las ventajas de una vida equilibrada hubiera adelgazado sus 66 kilos de sobrepeso cuando tenía 23 años sin embargo esto no sucedió y sufrió tres meses de una dieta mediterránea que le mantenía un rugido implacable entre comidas. El día que iba a ver coronados sus esfuerzos la bascula solamente marco 3 kilos de más antes de acompañar a su desdichada predecesora. En vista de sus inútiles esfuerzos la nutrióloga recomendó a Parfenio una cirugía de reducción estomacal, este después de hacer rigurosas cuentas determino que el único camino que disponía era prescindir de los canales de deportes en la televisión de paga, y cambiar la gasolina Premium por Magna, de este modo en 45 años un lapso más corto resultaba imposible. La nutrióloga afligida por la desgracia de Parfenio decidió hacer una serie de rifas y fiestas en pro de la cirugía de Parfenio el cual para estas fechas ya le resultaba penoso caminar con sus propias piernas y utilizaba un bastón de hierro sólido que comenzaba a doblegarse. Después de tres meses la cantidad fue reunida y el cirujano conmovido por la situación de Parfenio decidió no cobrar honorarios.

Debido a su tremendo sobrepeso y a que el cirujano era recién egresado de la especialidad en cirugía plástica la cirugía se complico dejando a Parfenio comatoso por tres días. El día de su triunfal recuperación, despertó ordenando se le trajese inmediatamente una tina de gelatina de limón (Parfenio era consciente que por estar recién operado no podía comer cualquier cosa).Se le presentó al momento con el consentimiento del doctor que tenía una sonrisa maliciosa mientras asentía, no había comido Parfenio mas de 10 cucharadas cuando se sintió saciado al punto del vomito. La operación había sido un éxito, la implacable hambre de Parfenio se vio extinta por la ciencia del hombre y Parfenio derroto a los 125 kilos de sobrepeso que amenazaban su salud. No tengo palabras para describir la cara de satisfacción de Parfenio al ver marcar a la tercer bascula- que por lo demás no sufrió averías- cuando esta marco: “75 kilogramos, esta usted mas sano que un chiquillo”

La nueva vida de Parfenio iba viento en popa, el dinero excedente de los honorarios médicos fue donado a Parfenio para que comprar un nuevo guardarropa, este sin hesitar se fue a Nueva York dispuesto –por primera vez en su vida- a endeudarse hasta las narices. Cuando regreso de sus vacaciones vestía de una manera completamente diferente, los colores que había escogido para sus nuevas tallas además de sentarle de maravilla le delineaban la pellejuda silueta logrando un efecto bastante agradable para las secretarias de la oficina.

Llevaba Parfenio 7 meses de su nueva vida, cuando una mañana que salía a trotar un camión de helados que iba con exceso de velocidad golpeo con el pico del cono que traía en el capote la nuca de Parfenio arrebatándole la vida instantáneamente. Margarita Berrueto, su prometida, juraba ver una sonrisa de intima satisfacción existencial en la cara de Parfenio cuando lo vio en el ataúd carente de comodidades, que sería su nueva morada hasta el fin de los tiempos.

mayo 19, 2008

El Blog de Bécquer


Click, click, click. En la barra de direcciones aparece la siguiente dirección: www.metroflog.com/Judi07

Se carga la página con fondo blanco, y la luz que despide el monitor ilumina la cara de Judith, una preciosísima niña de 16 años. Piel de marfil y ojos azules como el Caribe. Su mirada todavía inocente recorre cuidadosamente cada comentario destinado a acrecentar su ego, todos los machos, al parecer, admiran su inefable belleza y ella como toda mujer, sube a la red, encantada, cada instante capturado en el que se aprecia mejor su superioridad sobre el resto de las otras. Su boca rechoncha y aduraznada, se retuerce en una mueca indescriptible, cuando encuentra entre los comentarios de su última foto unas líneas fuera de lo común. Un tal Gustavo Adolfo Bécquer ha repasado sus fotografías y ha dejado un comentario un tanto extraño, demasiado fuera de lo común como para no dedicarle un tiempo extra. Se quita el fleco negro, que contrasta maravillosamente con su arquitectura facial y dedica especial atención al comentario de Gustavo. 


¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.


Después de varios minutos de seria reflexión, Judith comprendió que aquellas letras encriptadas no eran si no un requiebro a sus ojos. El orgullo de Judith estuvo alimentado desde su infancia por los continuos halagos masculinos a su persona, desgraciadamente el contexto social de la pobre mujer sólo le había permitido recibir vítores sobre las partes más vistosas de su cuerpo, nunca hasta ese día le habían comentado algo a Judith sobre las ventanas de su alma. 


Agradecida y curiosa, Judith buscó con desvelo el blog de Gustavo Adolfo y comenzó a leerlo con afán. Lo demás es historia, Judith se dio cuenta que Bécquer ya tiene un buen rato muerto, y que por lo demás, no se había enamorado de él, si no de la poesía. Termino el bachillerato y estudio letras, hizo una maestría, se enamoró, se casó y subió de peso. Su piel perdió la frescura, y ya nadie aplaudía su voluptuosidad, pero su mirada se sereno y su palabra se hizo bella.


El blog de Judith expiró hace mucho, pero muchas veces en mitad de la clase, recuerda aquel día cuando leyó a Bécquer entre sus comentarios y mentalmente agradece a quien tuvo la delicadeza de sacarla de la caverna con halagos.



mayo 15, 2008

Las reflexiónes de Olegario.

Un golpe seco, bien puesto hizo que el costal se retorciera de dolor. Dos, tres, cuatro, si el costal tuviera expresión leeríamos claramente en ella que no la esta pasando muy bien. Un descarnado joven que ronda alrededor de los 16 años pone su mejor esfuerzo en detenerle el costal a Olegario. Hoy parece no ser su día. Otra vez.

Los pómulos salidos y las ojeras que todo mundo le conoce desde chico logran un efecto muy peculiar en sus ojos saltones, parece que sus ojos están en una cueva, con una ceja levantada Carlos uno de esos chavos desparpajados que les hablan de tú hasta al presidente, intenta, un poco por morbo un poco por amistad investigar si Olegario anda pegando como un campeón porque volvió a los malos pasos. Es un tema que no le gusta a Olegario, y eso lo sabe Carlos, que acostumbrado a los bruscos cambios de conversación de su interlocutor esta vez decide aplicarle la ironía socrática y esperar que Olegario se la suelte como si nada. Un leve pitido en el Casio de Olegario marca la derrota de Carlos, y acompañados de las endorfinas producidas después de un rato de boxeo regresan juntos a los vestidores.

Las casas en la colonia Arboledas 2- una colonia popular de por acá -resultan interesantes a la vista de cualquier foráneo (por lo menos la primera vez), pequeñísimas, están amontonadas una con otra como gente en el mercado, añadido esto a la sinrazón de la urbanización,( las calles están cruzadas unas con otras como en un plato de espagueti) bien podríamos comparar a la colonia con un hormiguero. Cuando uno recorre las mencionadas vías en carro, las bardas de las casas casi rozan con los lados del carro. Existe una diversidad de fachadas que bien podría ser pintoresca; unas son de block otras, de tabla roca y la mayoría de cartón; todas con una amplia gama de colores en pintura ya muy gastada.
Lo más rescatable de la colonia es “la catedral”, y es que en medio de todo el caos, la parroquia se levanta imponente ante el peso de los años y las condiciones de los alrededores. Es una construcción de los 20´s, con paredes lisas muy altas y en la parte de arriba unas decoraciones que intentan imitar un poco el estilo colonial, tiene una torre, al lado muy bonita que sigue la misma línea “colonial wanna be” y una puerta amarilla de madera tallada con unos detalles muy singulares. Si se le quisiera poner un pero a la edificación se optaría por sus colores (rosa mexicano y amarillo) pero viéndola en el conjunto, el color que podría resultar chillón no hace más que resaltar la belleza de la iglesia. Principalmente se debe a que todos los alrededores son de colores pálidos (no por elección, si no por el desgaste del tiempo a la pintura) por eso cuando uno pasa enfrente de ella, le parece que la iglesita esta viva en medio de todo lo muerto, y a más de uno le alegra el semblante. Ahora pasa un tipo con un aire solitario, el gorro de la sudadera que lleva cubriéndose la cabeza nos impide ver su cabeza rapada y su tatuaje de la santa muerte en el cuello. Se le nota cierta pesadumbre en su caminar, ya esta, su cabeza baja nos lo confirma, además cuando levantó la cara para cruzar la calle pudimos confirmar que sus rasgos: nariz ancha y corta, ojos pequeños y amenazadores y la boca -coronada por un bigotillo- torcida en una mueca de preocupación, todo esto nos indica claramente que Olegario se encuentra turbado en lo más hondo.

El trayecto a casa, después del box, resultaba para Olegario un tormento por dos motivos: Uno, porque el cansancio que casi siempre lo invadía al terminar su entrenamiento era bien patente a mitad de camino. Y dos, y el más atormentador, porque era el momento del día en que Olegario le dedicaba a reflexionar. En esos días las reflexiones de Olegario resultaban un martirio porque existía un gran debate en su corazón. Trataba a toda costa de evadirlo porque era un debate muy personal, que repercutía directamente en sus principios morales y amenazaba con transformar su vida inminentemente. Como toda persona ante un conflicto de esta naturaleza, Olegario llevaba meses tratando de ocupar su mente en otros asuntos, esa era una de las razones por las que había entrado al box, y esa era una de las razones por las que golpeaba sin compasión al pobre don saco. Todo esto le resultaba muy bien porque al llegar a casa después de tomar el reglamentario baño, apenas pegaba su órgano auditivo externo a la almohada caía en un profundo sueño que lo alejaba de los problemas de la realidad. Esta técnica le resultó las primeras semanas, cuando el box tenía ese algo de novedad y ocupaba sus pensamientos durante todo el trayecto de regreso, pero un día mientras daba vuelta en la calle 42 y la iglesita se perdía de vista, el problema regresó con mayor fuerza y convirtió en insoportables las caminatas de Olegario.

El día de hoy, por la mañana Olegario se dio cuenta que estaba en un callejón sin salida, que no podía seguir huyendo de su realidad. Así transcurrió el trabajo, pensando en que después del box enfrentaría de una vez por todas su problema, planeo con todo detalle sus palabras y lo que haría una vez terminado lo inevitable. Cuando termino el box, en el cual se mostró especialmente vigoroso, se apresuro a su casa para terminar con todo de una vez por todas. A pesar de estar extremadamente cansado, Olegario llevaba un paso exageradamente apresurado, sin embargo a mitad de camino aminoro la marcha considerablemente, tenía que mantenerse frió, no podía dejarse llevar por la ira mientras efectuaba su plan, su situación lo apremiaba y no veía el momento de verle la cara. Llevaba las dos manos en las bolsas de su sudadera y caminaba como en un estado de sonambulismo. Doblo la calle y vio la casa.

Entro sin hacer ruido y se la topó de frente. Olegario saco sus manos de las bolsas y con un movimiento brusco, abrió el pedazo de papel donde tenía anotados los puntos que quería tocar.
Espero que me disculpe mi atrevimiento por leer cosas que no me corresponden pero resulta imprescindible para el desarrollo de la historia hacerle saber lo que decía la carta de Olegario. Sin embargo, para respetar un poco el pudor metafísico de mi personaje me limito a resumirle los tres puntos que Olegario apasionadamente plasmó en un papel de reciclaje:

Eres inaceptablemente egoísta. Odio a tus papas. Ya no siento nada por ti, me largo.


Se encontraba a punto de entregarle la nota a su mujer cuando el sonido del carro de bomberos de Olegarito le recordó la existencia de tal, de inmediato, como lo había previsto, todo el remordimiento que Olegario llevaba amotinando desde que planeo lo que en estos momentos ejecutaba, empero este se manifestó de una manera mucho más estridente de lo que esperaba. Le arrebato el papel a su esposa y se lo comió, a continuación le regalo un beso apasionadamente fingido y le aseguro que la nota solamente decía cuanto la quería. Olegario abrazo a su hijo, jugó un poco con él al futbol, se bañó y se durmió. El día siguiente, después del box, la batalla comenzó de nuevo.

mayo 10, 2008

Reunión Famliar

El característico sonido que producen las gotas de lluvia al reventarse en un techo de aluminio, mezclado con los sollozos de una cansada mujer de 57 años, es ya teatral. Ahora bien, toda esta sonoridad acompañada del silencio de los 13 hermanos que fueron criados por la señora regala a cualquier ser humano un nudo en la garganta. Mama Pepa lloraba sin consuelo, todavía no lograba deducir que había salido mal. Josefina es de esas personas maravillosas, llamadas desde la cuna a triunfar en todas sus empresas. Con mi habilidad secreta para trasladarme por las 77 dimensiones que se conocen, la vi triunfar en cada una de las vidas alternas que vivió sin saberlo. Fue abogada; doctora, la primera mexicana en Marte, estuvo en un frente popular, e incluso llego a la presidencia por el partido más conservador del País. Su tenacidad y perseverancia adquiridas desde pequeña, y las adversidades que la acosaron (en todas sus vidas) desde pequeña forjaron una luchadora incansable, una mujer hecha de un solo palo. Ahora nuestra pintoresca comitiva de 8 hombres y 5 mujeres, se encuentra como petrificada, la presencia de Doña Pepa siempre ocasiona lo mismo a todos sus hijos, pero esta vez hay algo más. Juana la mayor un poco para pasar rápido el momento tan amargo, un poco por hacer lo que es inevitable, recoge la masa del piso, se desencadena una serie de acontecimientos, Julián apaga el comal y Agustín despacha a los clientes que quedan en el vestíbulo. La minúscula habitación de 8X3 amueblada con una estufa grande, un televisor y un catre, parece apunto de reventar con casi todos los hijos de Pepa apilados con lúgubres motivos.

...Es la primera vez que veo llorar a mi Pepa, ni cuando su primer esposo, el borracho que se la convenció de abandonar su casa y con el que vivió feliz 25 años nos dejo por una niña del salón de Agustín, le vi señales de quebrarse. Pero ahora es diferente, no entiendo bien porque, la verdad no entiendo a las mujeres, pero ahora mi jefa llora como un chavillo... Volteo con mis hermanos para buscar alguna pista, y me confundo más... Unos tienen cara de que ya saben que pasó, y otros parece que reflejan la misma perplejidad que me acosa, al tiempo que los repaso uno por uno con la mirada les dedico un pensamiento. ¡Como los extrañe! ...Solo falta Margarita, me pregunto a que hora irá a llegar… Ya quiero abrazar a la chiquita, solo tenía cuatro años cuando me fui para el otro lado, ahora ya ha de ser toda una señorita… Ah que buen pase me puse antes de llegar… ¿Porque todos me están viendo raro? ¡Ah! Ya entiendo, ahora todos saben porque llora mama menos yo, espera gasparín, déjame pongo mi cara de seriedad mortuoria. Ya esta, un poco mejor… mama parece haber dejado de llorar… y Margarita, ¿No ha llegado margarita? ¿Ya es tarde y si le paso algo? Mejor pregunto...

-Eh raza, ¿y Margarita?

Josefina se desgarro por segunda vez en su vida cuando Javier, al parecer bajo el efecto de algún estupefaciente volvió a preguntar por Margarita. Agustín el mas sensato del grupo se llevo a Javier aparte con un abrazo y le dijo al oído, en confidencia.

-Se fue Javí, se fue. Se escapó con su novio el marihuano .

mayo 09, 2008

Re-Estructuración

Queridos lectores, cambio:


Debido a la inesperada prolongación de la situación Páramo- Lupita, y a que me di cuenta que con una misma cuenta de correo se pueden tener varios blogs. He decidido trasladar la historia de el para a un blog completamente nuevo... El link al blog de el Para lo podrán encontrar en la sección, valga la redundancia, de "links". Cambio.

Los ensayos y demás sin razones que se me ocurran seguirán aparaciendo aquí, en este espacio tan de ustedes como mío.Cambio.

La enfermedad que me aqueja desde que inicio la semana parece ir cediendo, pero obligado a estudiar para mi exámen de selectividad, voy a tener que retrasar el proximo capítulo de Bocanegra para mucho después. Cambio.

Chelas. Cambio y Fuera.

mayo 03, 2008

Emos

La victima fue colocada en su lugar, una expresión neutral poblaba su semblante, ni felicidad, ni miedo, ni nada. Inerte toda ella, se entregaba a su fatal destino sin reservas y me devolvía la mirada estática a través de la distancia. Los verdugos le rociaron de sustancia química y el sacrificado comenzó a arder. Los olores no alcanzaron a llegar hasta donde yo estaba, pero si el sonido de la cerveza de mi acompañante que me regreso a la realidad menos interesante de un viernes por la tarde.

-Mira nomás esos emos, están quemando una piñata- la exagerada risa de mi interlocutor resulto un detonante para toda nuestra comitiva, y de inmediato el bob esponja en llamas se volvió el centro de atención de nuestra reunión.

Las figuras escuálidas contemplaban sin inmutarse los resplandores amarillentos que despedía su pequeña fogata. De no haber sido un bob esponja, la escena me sonaría a un ritual arcano para obtener un resultado favorable en alguna guerra, o a un conjuro complicado de algún brujo demasiado oscuro. Sin embargo el hecho de que el sacrificado fuera un intento de piñata de un personaje con un nivel intelectual lamentable, que sin duda alguna no merecía el odio de nadie y mucho menos de unos adolescentes deprimidos, desvió mis razonamientos a unos rumbos completamente frescos. Me sentí completamente compenetrado con una escena propia de mi época, una escena posmoderna donde lo más solemne -un sacrificio- se mezcla con lo más campechano –bob esponja- y tratando de encontrar algún razonamiento valido para justificar una acción tan poco usual me encontré divagando sobre un tema que de pronto se volvió de mi interés. Emos.

Por lo general todos estamos de acuerdo que los estereotipos son malos, y ante todo, quiero aclarar que con este ensayo no pretendo discriminar ni burlarme de los ya tan vapuleados personajes, al contrario lo que pretendo aquí es ver mas allá de los pantalones entubados, cruzar el fleco que cubre el ojo y ver en el interior, descifrar la tribu urbana, encontrar esos hilos conductores que determinan el proceder del emo (a veces resulta increíble lo ocioso que puedo llegar a ser). Ya con un fin en la mente, y procurando cada vez más divagar menos y pensar más en lo propuesto me di cuenta que lo primero que tenemos que aclarar es ¿Qué es un emo? (Aclaro que la respuesta a esta primera pregunta resultará increíblemente obvia pero de igual manera – se darán cuenta más adelante- necesaria). Es un ser humano, y como todos es definido más ampliamente por sus acciones, sus pensamientos, sus relaciones, su forma de vestir etc.… En inevitable sucesión brinca la siguiente cuestión ¿Quién es un Emo?

Físicamente son identificables a kilómetros de distancia, los célebres pantalones-mallas que suelen usar –también los hombres- , las cadenas con púas, las pulseras del extraño mundo de jack, los tonos oscuros en sus camisetas, y ante todo su esquelética complexión (resultaría interesante encontrar algún emo gordo), el clásico pelo, los aretes en cejas y labios etc.… son algunas características inmutables entre todos ellos. Se compran sus vans de cuadros, o ¿Porque no? Incluso unos converse (de color negro por supuesto). Sus papás no saben que demonios está pasando, y se escandalizan cuando miran a Juanita, su bebé, regresar con un piercing en el labio. Cuando escuchan la música que viene de su cuarto-cueva donde pasa mucho tiempo encerrada sienten (casi siempre) preocupación.

Me atrevo a decir que la mayoría de los emos son solamente por moda, por encontrar identidad y compañía en una edad que puede llegar a ser devastadora, la mayoría siguen siendo bastante normales. A pesar de el aire de fantasía gótica que rodea toda esta sub-cultura, no me imagino aun emo “siendo emo” a cada instante de su vida; imaginarlo llorar por que el cereal que compro su mamá no es lucky charms, o proferir gritos desgarradores como los que se oyen en las canciones emo, cuando mete gol el santos resulta además de chistoso, patético. Y es que la ideología emo en el fondo es muy seria, tan seria que me resulta difícil que un adolescente en búsqueda de sí mismo, la adopte totalmente. Por supuesto que existen sus excepciones, seguramente existen emos convencidos de la ideología de fondo, emos inteligentes dispuestos a defender en lo que creen, y que definitivamente es dificilísimo encontrar pero que de hacerlo resultaría muy interesante conversar con ellos.

El mundo es basura; todos son basura, yo soy basura, tú eres basura, la vida es basura, los perros, los camiones, mis papás, las piñatas. Incluso la basura es basura. Estar deprimido es lo único valido. Las críticas por el perfil psicológico que provoca esta tribu urbana son muy variadas. Su exterior no es más que un reflejo de su interior, baja auto-estima, tristeza constante, tendencias suicidas, es parte de lo que carga un emo en su morral metafísico. Creyentes ateos, superhombres sin voluntad, son una clara exposición de la falta de reflexión, sobre los fines últimos de la existencia. Son hombres viviendo sin sentido. Por esto los encontramos siempre taciturnos viviendo un absurdo que no pidieron vivir, procurando encajar en una sociedad que no quiere verlos. El caso de los emos resalta para mí sobre todas las tribus urbanas por un hecho en concreto, al carecer-la mayoría de ellos- de reflexión, los efectos que sufren nuestros atormentados compañeros se presentan exentos de actitudes tendenciosas, como el producto de una causa-efecto incuestionablemente neutral que sin saberlo siquiera le muestra a toda la sociedad el efecto que esta causando el hacinamiento de las metrópolis, la alienación galopante, la mercadotecnia maquiavélica de algunas corporaciones. Y ya estando aquí me gustaría formular la siguiente cuestión, si la esencia del emo es la depresión por la falta de sentido, ¿No hemos sentido todos alguna vez esa depresión? ¿No hemos sido todos alguna vez emo, al menos por un instante?

La violencia contra los emos esta llegando a límites escandalizantes. Hace poco me platicaron de un video en You Tube donde aparecen unos “caballeros” que sin miedo a las capacidades combativas de una escuálida adolescente la patean hasta la muerte, ¡que tipazos!, la verdad yo preferí perderme tan “interesante” espectáculo, porque este tipo de videos parecen rebajarme al nivel misántropo-cavernicolesco que muestran los autores de semejantes barbaridades. La impresión que produjo en mi estabilidad la noticia de la existencia de el video, fue tal que la siguiente conclusión ya asentada desde hace tiempo en la cabeza por las diversas muestras cotidianas que inconcientemente iba recopilando me impulsó a escribir este articulo.
Definitivamente la sociedad rechaza a los emos. ¿Por qué? Porque son un espejo. Nos muestran nuestro lado que no queremos ver, exhiben sin pudor, nuestra papada o nuestra prominente nariz, (cada quien adjudíquese el defecto que más le convenga) porque son precisamente una muestra exagerada de lo que nos esta pasando a todos. Son una especie de críticos mudos, análogos al realismo del siglo XIX nos muestran su protesta contra la sociedad actual de un modo mucho menos literario pero mucho más fuerte, cortándose las venas. Estamos vacíos y no queremos admitirlo, solo una pequeña minoría se da cuenta, y se viste de negro, y se quita las máscaras de felicidad que muchos solemos ponernos.

Los índices de suicidio son alarmantes, la depresión-que no respeta emos, rokers, punks, o fresas- alcanza límites pandémicos y nosotros, los jóvenes –de todos los estratos, todos los países-, preferimos encerrarnos en antros, fumar hierba, evitar a cualquier costo las reflexiones sobre la realidad que tanto bien hicieron a la humanidad en otras épocas y, ¿porque no?, de vez en cuando ver como patean hasta la muerte a una crítica asfixiada. Luego tomamos un baño y nos sentamos tan tranquilamente a ver un juego de fútbol.

abril 02, 2008

Rebell Yell


"Vivir para ser libres, o morir para dejar de ser esclavos".
Práxedis G. Guerrero

Para despabilar la pluma, o bueno el teclado, quise escribir otra vez. Dos razones principalmente – no es que sean necesarias para escribir, pero es necesario exponerlas para empezar por algún lado -. Una por vencer la frustración del bloqueo que me aqueja desde que trato de hacer mi ensayo para mi clase de “ensayo” y la otra es no dejar pasar un tema que me parece valioso y digno de rescatarse de mi olvido.

Precisamente ayer iba de regreso a mi casa (deseándole a Mau la mejor de las suertes) después de haber cantado, gritado, y expresado como Dios manda esa característica tan propia de mi edad, la rebeldía. Y es que después de haber coreado con Alex “me vale” y haber brincado como cavernícola por dos horas- de las mejores de mi vida- me di cuenta, o más bien recordé ante esta exposición tan explícita que la rebeldía es una característica propia del adolescente.
Para no irme a las nubes y empezar esa interminable serie de preguntas del tipo ¿Qué es? Que tanto disfrutamos mis amigos y yo las madrugadas después de los ochampion me fui directo a wikipedia y quite toda la poesía del concepto adolescente con el frío concepto de la OMS: “la adolescencia es la etapa que transcurre entre los 10 y 19 años, considerándose dos fases, la adolescencia temprana 10 a 14 años y la adolescencia tardía 15 a 19 años".
[1] Después de dos horas de profundo análisis sobre el concepto, emergió la siguiente conclusión <>
Viéndome a mí mismo dentro del rango de la adolescencia nació un súbito interés por el tema y decidí –a pesar de lo mucho que me cuesta leer palabras de mas de un diptongo- seguir leyendo el articulo de wikipedia. Me decepcione, no solo por la dificultad que supuso leer la palabra “Etimológicamente” (a veces hay palabras tan complicadas) si no también porque me pareció muy general y además no tenia referencias. Debido a esto y al escaso tiempo con el que cuento para escribir en el trabajo decidí – tomando en cuenta además que no estoy escribiendo tan en serio- desparramarme en mi propia subjetividad porque me parece más calida y cómoda de consultar. Expuestas las anteriores excusas, me propongo ahora dibujar un bosquejo del adolescente “según yo”.

No se si leí o por allí me contaron (o algo de las dos) que el adolescente tiene constantes peleas con sus padres; barros, romanticismo intrínseco, un ego desproporcionado, curiosidad de secretaria, pocos o nulos ingresos, dependencia practica e independencia teórica, barba de chinito, extremidades desproporcionadas al tronco, y un sin numero de características que serían divertidísimas de escribir, pero que resultan inútiles en su mayoría para aproximarnos al tema planteado desde el principio. También estoy seguro, que muchísima gente mucho más ilustrada que yo habrá analizado al adolescente mucho más belleza y clase, sin embargo leer “El adolescente” o “Rojo y negro” solo para destapar un bloqueo mental resultaría excesivo, sobretodo si lo único que quiero resaltar del adolescente hoy es que es rebelde. El problema, principalmente, es demostrarlo sin proyectarme, o peor aun, caer en ejemplos grotescos. Creo que bastaría con consultar a cualquier Dr. Simi a lo largo de la republica, a una que otra pared del centro, o echar una ojeada en Cuatro Caminos en la noche, para percatarse que la actitud rebelde sigue viva en cada uno de nosotros. Una ojeada al mohawk verde que puebla la cabeza de un punk, o el clásico atuendo negro podría seguramente señalarnos la presencia de contracultura, pero. ¿En realidad es así? ¿Es la rebeldía levantarse contra un sistema opresor? o ¿Aceptar una manera de pensar impuesta? ¿Es la rebeldía estar inconforme con las ideas propuestas es pensar diferente? ¿O como todos?
Ante las respuestas de las preguntas retóricas que acabo de formular – espero que todos hayan llegado a la obvia conclusión- aparecen mis siguientes conclusiones.
Ser rebelde hoy en día significa pensar, creo firmemente que no existe autentica libertad sin atrevernos a pensar. Vivimos en un mundo de imposiciones por la continua exposición a los medios de comunicación, incluso la rebeldía misma nos es achacada con ridiculez constantemente, la increíble comercialización de la contracultura ha hecho de varios estandartes de la rebeldía antigua una caricatura patética, el rock que predicaba al superhombre-aunque no este de acuerdo en absoluto con eso-, que pregonaba la decadencia con sus salvajes ritmos y alucinantes melodías paso a evolucionar a Kudai o RBD. Hemos de ser terriblemente sinceros, en estos días encontrar en México buenos grupos de Rock que sean tan promovidos como estos dos, o que tengan tantos seguidores como estos dos, resulta tristemente raro,-por supuesto que hay excepciones- .Lamentablemente una de tantas leyes que no son relativas es la de la oferta y la demanda, y lo que pide México hoy en día es a Roberta y a Christopher.

No solo el rock es presa de esta comercialización si no toda la rebeldía en general, se ha vuelto una especie de moda. La rebeldía propuesta se proyecta de la misma manera con diferencias de intensidad en todos los ambientes actuales. Predominan las siguientes características: Ejercicio del derecho a no pensar, desprecio por la lectura, subjetividad, superficialidad, falta de autenticidad, imitación de un modelo artificial, entre otras.
Lo más curioso es que estas características por estar de moda son seguidas por un amplio espectro de personas-no todas entre los 10 a 19 años.- dejándonos en la paradoja que se vino de golpe y ambiguamente el martes en la madrugada. Si todo mundo es “rebelde” ¿Contra que nos rebelaremos? Por pura oposición de conceptos el rebelde autentico sería hoy en día el que: Piensa, lee, cree en una verdad absoluta, es autentico, etc.…
Es bien cierto que de la teoría a la praxis hay más distancia que entre yo y Megan Fox pero creo que esta es una de las cosas por las que vale recorrer este tortuoso camino.


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[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Adolescente